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MENSAJE
Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un gran deseo de aprender.
Arturo Graf
Arturo Graf
LOGOTIPO

lunes, 8 de septiembre de 2014
La motivación dentro de las aulas no debe verse como un fenómeno aislado. " Por medio del análisis de cas0
La
motivación dentro de las aulas, no debe
verse como un fenómeno aislado
Cuando al aula le nace una jota: ¿jaula?
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La Secundaria
Federal No. 2 “Francisco I. Madero” de la comunidad de Ojinaga, pequeña
localidad del estado de Chihuahua conocida como la Perla de la Sierra, es una
institución sui géneris . La secundaria está formada por 15 grupos,
cada uno de ellos tiene un promedio de 35 alumnos y son características las
dificultades que mantienen en común, tales como grupos “difíciles” por la
presencia de alumnos oposicionistas, emocionalmente inestables, poco
cooperativos y con un bajísimo nivel de motivación hacia el estudio y las
actividades escolares. Cabe señalar que los chicos más conflictivos son de
familias bien acomodadas o al menos con mayores recursos económicos, se ha
identificado que son también los más consentidos. Quizá los padres no se
ocupan de ellos y lo que hacen es compensarlo, dándoles todo lo que piden. De
esa forma, al parecer “crecen en un sistema de contravalores, de vida fácil y
dinero rápido, que se enfrenta a los valores que tú intentas enseñar” ,
comenta el profesor Cordero, titular del taller de electrónica. En el caso de
los alumnos con bajos recursos “aunque algunos tengan problemas académicos,
suelen ser de los menos conflictivos, porque en su mayoría vienen de familias
en las que todavía existe un respeto al profesor como referencia social” .
No obstante, la situación descrita es la punta del iceberg de una
problemática mayor que trasciende a la violencia, la ausencia de un sentido
de colaboración y serios conflictos intragrupales.
Pregunta detonante:
Cuerpo del caso:
El miércoles 24 de octubre, la situación explotó. A la hora del recreo “el limón, el loco y el chorejas” , tres adolescentes ajenos al centro educativo, saltaron la cerca de la calle y entraron en el recinto educativo para darle una paliza a un alumno. La agresión no se consumó, gracias a la intervención de los profesores quienes salieron al quite de los pandilleros. Sin embargo, se organizó un tumulto en el patio que aprovechó Carlos, un púber de 14 años, para subir a las aulas del primer piso a verse las caras con otro que le había pegado a su primo, según dijo. Le acompañaba toda su pandilla denominada “Zorros”. No llegaron a golpearse porque intervino físicamente un profesor, que ni siquiera estaba allí por eso, sino porque un grupo de 15 alumnos del tercer grado estaba apostado a los lados del pasillo acosando a las alumnas que intentaban acceder a las aulas. Ellas estaban siendo molestadas verbal y físicamente por un centenar de espectadores que intentaban “rozarlas y darles un arrimón mientras andaban por el pasillo” - comentaba un alumno entusiasmado. Fue una estudiante de 16 años la que exclamó: “¡Qué me toque el que tenga huevos!” . El “ juego”, habitual en los recreos, se dio por terminado. Al final de todas las mañanas, en la sala de profesores de la secundaria ya no se comenta la insubordinación de parte de los alumnos, ni el retraso en el temario, sino como si se tratase de una batalla, se reportan los sucesos del día, que en este caso ya fue considerado como el límite. La indisciplina generalizada provocó que la planta docente conformada por 39 profesores firmaran una carta pública que fue enviada a las autoridades educativas, en la que denunciaban una situación nada excepcional: “Nadie entiende la labor docente, parecemos policías educativos más que formadores. Estar en grupo es todo un logro por la multitud de factores a los que nos enfrentamos; nulo interés a los contenidos, presencia de subgrupos que se contraponen en clases, liderazgo de alumnos conflictivos y la idea de que la secundaria es una etapa de paso obligatoria para que, al menos, puedan acceder a trabajos mejor remunerados.” En otro apartado de la misiva, los profesores comentan: “Intenten comprender lo que se siente cuando un alumno [...] te responde que él hace lo que le da la gana, que lo dejes en paz y que no te metas en sus asuntos.” La carta firmada por el Prof. Balderrama, Director del Plantel, fue redactada por Isabel, de 39 años, que ha llegado este año como nueva profesora de Historia a la secundaria. Ella también ha sido víctima de los insultos y desplantes habituales de los jóvenes, pero la situación que trata de denunciar va más allá: “Los profesores están infravalorados en la sociedad. Somos los encargados de formar a los mexicanos del futuro y nadie valora nuestra labor. Hay una enorme sensación de frustración por la situación en las aulas. Esta secundaria parece una jaula de locos, una penitenciaría, casi un consejo tutelar de menores, ya es algo generalizado.” Otro docente, el Prof. Cáceres, titular de Biología, explica lo que sucede en el colegio: “Esta comunidad, hay que decirlo con claridad, es tránsito de droga hacia El Paso, Texas y aquí habitan bastantes narcotraficantes, eso influye invariablemente en nuestra escuela. Algunos de los alumnos son familiares directos o indirectos de miembros de bandas del narcotráfico. Hay que observar a los muchachos, les gustan ya a esta edad, los sombreros finos, las metralletas R-15 y las camionetas Bronco. ¡Por Dios! Cuando deberían estarse preocupando por su futuro, sólo están pensando en cómo obtener una camioneta sin esfuerzo alguno.” La orientadora educativa del plantel, la Lic. Zárate, explica la dificultad de su labor: “Intentar orientar es todo un desafío, nos encontramos de todo: abuso sexual, violencia doméstica, alcoholismo, drogadicción, fracaso escolar, falta de confianza de los muchachos hacia sus propias habilidades, baja autoestima y un sentimiento profundo de desesperanza hacia el futuro.” Adicionalmente, describe un día normal de clases en las aulas de la secundaria: “Es recurrente pedirle a los alumnos que se callen, que se sienten en sus lugares y que guarden celulares y otros aparatos electrónicos, porque podrán traer iPods y celulares, pero no traen bolígrafo ni libreta. Por ello, algunos profesores se han referido a nuestros alumnos como ‘aborrecentes' y no como adolescentes. Buena parte de las clases, los profesores se dedican a callar a los alumnos y a eso le agregamos alumnos poco motivados, individualistas e incluso antisociales. Tenemos un caldo de cultivo excelente para el fracaso escolar, la reprobación, la indisciplina y la violencia.” Al escuchar a la Lic. Zárate, el Prof. Cáceres complementa: “También hay que decir que estos adolescentes han perdido el respeto a todo lo que se menea, por culpa de una nefasta educación primaria, esto es, una deficiente educación desde pequeño. Padres y madres que trabajan, los niños son llevados a las guarderías y luego más tarde van al colegio y cuando vuelven a sus casas, están vacías. Luego llegan sus padres y para que no den la lata les permiten ir a jugar con los videojuegos, ver televisión y aprender que lo divertido es “esto” y no estudiar. Los padres están cansados y las madres mucho más, el trabajo ha sido agotador y ese dinero que ganan los dos cónyuges les va a permitir vivir bien y tener un mejor coche, una mejor casa, unos vicios “extras”, incluso dinero para la carrera del futuro adulto. Luego se ve todo rodando por los suelos, ya que ese dinero no pudo comprar tiempo y dedicación para criar y disciplinar la conducta de ese hijo, que por otra parte, ya no hay vuelta atrás, una vez pasada esa ‘época', no hay un retroceso para enmendarlo.” La problemática descrita es tan compleja en las escuelas del país, que los diputados ya analizan una reforma para erradicar la violencia en los espacios escolares. La propuesta es obligar a todos los planteles educativos a generar indicadores sobre su avance en la aplicación de métodos de prevención y eliminación de la violencia, además del manejo de grupos conflictivos. En el marco de las sesiones ordinarias en San Lázaro, la diputada federal Bertha Yolanda Rodríguez Ramírez ha comentado que el aumento de la violencia en las escuelas públicas y privadas es un fenómeno creciente que provoca trastornos emocionales en los menores. Como ejemplo, una estadística: la Secretaría de Educación Pública (SEP) destaca que el maltrato físico, emocional y abuso sexual pasó de 12 casos tan sólo en el Distrito Federal en el ciclo escolar 1999-2000, a 482 denuncias en el ciclo 2003-2004. Cierre: Existe un tremendo parecido entre la palabra a ula y la palabra j aula. Sólo una "j" de diferencia y el significado, maravillosamente, cambia. Pero su parecido va más allá de la simple ortografía, trasciende de la práctica docente a la práctica del domador de fieras. Es triste observar como el aula, después de haber sido entendida por los griegos y pueblos precolombinos como el espacio libertario del amor al conocimiento, paradójicamente en nuestras escuelas se comienza a parecer más al símbolo de desmotivación, conflicto, falta de libertad y sometimiento: la jaula . A través del caso, resulta claro el hecho de que los procesos de aprendizaje hoy se conciben sobre la base de una estrecha relación entre la activación y significatividad de los procesos y de la motivación por aprender. La motivación está estrechamente relacionada con la actividad intelectual y formativa que generan los procesos de enseñanza-aprendizaje. Si se logra motivar a los alumnos por las actividades de aprendizaje y éstas transcurren en relación con los propios intereses de los alumnos, el aprendizaje impactará distintos contenidos curriculares, en términos de conocimientos, habilidades y actitudes. Por el contrario, si el alumno no se motiva y estimula favorablemente, este aspecto incidirá en su interés por adquirir los conocimientos. En este contexto, la motivación no es un fenómeno aislado que se presente de manera individual exclusivamente, el grupo adquiere especial significado en los aspectos motivacionales. Adicional a la motivación, conocimiento de la dinámica grupal, práctica de la función orientadora del profesor, manejo de la disciplina y resolución de conflictos, se configura un educador que requiere formar competencias que trasciendan la “simple” labor de enseñar.
Preguntas de
estudio:
Fuente: Análisis de
Caso, (2013),Tec Milenio
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